miércoles, 22 de agosto de 2012

Salinas de La Tapa (El Puerto de Santa María)

Ya desde el amanecer, las imágenes que este mágico lugar nos ofrece son espectaculares. Bandos de agujas en los calentadores, los charranes que se desperezan en los cristalizadores, antes de ir a por el desayuno. Un tono de luz y unos contrastes que en pocos lugares he podido contemplar. Al fondo, el Parque de Las Cañadas de Puerto Real.


Durante el día se cuentan por decenas los bandos de cientos o miles de limícolas. Correlimos para todos los gustos, archibebes, agujas, chorlitejos... Punto clave de descanso y avituallamiento en el largo periplo migratorio de estas pequeñas aves. Entre ellos, comienzan a bajar los primeros alcaravanes y siempre tenemos a las fieles gaviotas de Audouin (Larus audouinii). Para mi gusto, posiblemente el lárido más elegante que recorre nuestras costas.


Según se acerca el crepúsculo, los stérnidos van ganando enteros. Llegan a tapizar el cielo cuando éste comienza a adquirir tintes anaranjados. Una imagen vale más que mil palabras:


Y por fin, llega la hora de dormir. Sobre las rosadas crestas de sal de los cristalizadores, repletos de Artemia salina, el mismo branquiópodo que da color -por ejemplo- a los flamencos. Como si la sal se hubiera convertido en nubes de azúcar endurecidas, acoge a charranes patinegros, comunes, charrancitos, fumareles y algunas gaviotas, que en ella encontrarán un lugar idóneo para reponer fuerzas para el día siguiente.




No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...